Es reciente el respaldo del mundo profesional y científico
al valor de las emociones en la construcción del ser humano. La educación
emocional hoy se nos revela imprescindible
si queremos procurar herramientas a
nuestros hijos para alcanzar el éxito.
Si hemos de destacar una emoción especialmente valiosa en
las relaciones humanas, es el amor, y es en la familia donde tiene su máxima
expresión y valor. Nos sentimos apoyados, con más energía,
Felix Loizoaga nos introduce en la materia en el siguiente artículo “Los primeros apegos son la base de la construcción de la persona” y destaca el valor de las conexiones íntimas de
amor entre adultos significativos y niñ@s, pudiendo ser éstos madre o padre,
abuelos, o incluso figuras ajenas a la familia como un entrenador o un maestro.
Obvio, ¿no? Seguro que todos sabemos que necesitamos tener
alguien, nos anime nos aliente a seguir descubriendo, a superar las
adversidades, a descubrir nuestros talentos… Y ese alguien tiene que estar
disponible, al que nos una conexión auténtica, espontánea, sin halagos
artificiosos ni sonrisas forzadas, que nos acepte y respete, y al que nosotros
respetemos, admiremos y deseemos tener presente. Es de sentido común.
Necesitamos de los otros para que se nos revelen algunos
significados, que antes estaban ocultos (“si es un perro te muerde” de lo cerca
que estaba, GRACIAS Irene). Y llevaba dándole vueltas al asunto varias semanas, el cariño no puede
expresarse, si no manifestarse y demostrarse para ser realmente sentido, no
puede ser fingido ni artificioso, los niños son expertos en detectar la
falsedad de las emociones.
A este respecto nos deja Felix Loizoaga una perla, de estas
que merecen acompañarse de una bonita imagen:
Imagen: nuestras manos, tus pies. Patri del Sol |
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